Las partículas finas de diésel pasan desde el pulmón al hígado
Las partículas finas de diésel no sólo son tóxicas para los pulmones, sino también para las células del hígado, subrayan investigadores franceses del INSERM en un nuevo estudio.
Las partículas finas de diésel, que se encuentran principalmente en los motores de los automóviles, son capaces de cruzar la barrera pulmonar y atascar a diversos órganos, como el hígado, en particular, al afectar su capacidad de clasificar y destruir los desechos tóxicos del organismo. La limpieza del hígado y la vesícula biliar y la eliminación de los cálculos biliares son una de los más importantes y poderosos recursos en la mejora de la salud.
La toxicidad de las partículas finas de diésel se ha demostrado recientemente por los investigadores del Instituto de Investigación en Salud, Medio Ambiente y Trabajo de Rennes (INSERM – Unidad 1085) cuyos resultados fueron publicados en la revista PLoS ONE el 24 de marzo de 2015.
El equipo trabajó en células del hígado puestas en cultivo exponiéndolas a «un extracto de partículas diésel en dosis equivalentes a las inhaladas por un individuo que vive en un ambiente contaminado», dijo el comunicado que explica el descubrimiento.
Luego, los investigadores midieron y analizaron la actividad de varios transportadores hepáticos, que proporcionan el transporte de moléculas que circulan en la sangre hasta el hígado, donde la bilis es responsable de liberar el cuerpo de tales sustancias.
Y encontraron que las partículas de diésel reducen la expresión de genes que codifican estos transportadores y bloquean la actividad de varios de ellos, incluso en partículas a dosis bajas.
En la salud se producirían efectos potenciales tales como «disrupción endocrina y trastornos en la eliminación de fármacos». También podrían promover el desarrollo de enfermedades crónicas, incluso «reforzar los efectos cancerígenos del diésel favorecida por el estrés oxidativo», dice Olivier Fardel, coautor de este trabajo en el Instituto de Investigaciones sobre Salud, el Medio Ambiente y Trabajo.
Las partículas finas se clasificaron como probables carcinógenos y responsables reconocidos de cáncer de pulmón por la OMS en 2012.
El ayuntamiento de París, que presentó su plan de prevención de contaminación en febrero, programa la exclusión del diésel, prohibiendo especialmente la entrada a la capital de vehículos contaminantes. El Gobierno también ha previsto diversas medidas que van desde el aumento de los impuestos al combustible diésel a un sistema para la identificación de los vehículos más contaminantes en 2015.
Dos millones de vehículos diésel de más de 15 años estarían aún en circulación, de acuerdo con el Departamento de Ecología.
El óxido cerio del diésel produce daño hepático
Esta investigación de Rennes viene a reforzar la llevada a cabo por la Universidad de Marshall en Estados Unidos por el Dr. Eric R. Blough y su equipo, que en 2011 demostró que las nanopartículas de óxido cerio –aditivo común del combustible diésel usado para aumentar la eficiencia del combustible en los motores de los automóviles- pueden viajar desde los pulmones al hígado y este proceso se asocia con daño hepático.
Estos aumentos en cerio se asocian con elevaciones de las enzimas hepáticas en la sangre y evidencia histológica consistente en daño hepático.
El óxido de cerio se usa como un agente de pulido para espejos de vidrio, tubos de televisión y lentes ofimáticas. Las nanopartículas de óxido de cerio se utilizan en la industria del automóvil para aumentar la eficiencia de combustible y reducir las emisiones de partículas.
Algunos estudios han encontrado que las nanopartículas de óxido de cerio también pueden ser capaces de actuar como antioxidantes, llevando a los investigadores a sugerir que estas partículas también pueden ser útiles para el tratamiento de la enfermedad cardiovascular, enfermedad neurodegenerativa y el daño tisular inducido por la radiación.
No obstante, el estudio realizado en la Universidad de Marshall por el Dr. Eric R. Blough demostró que las nanopartículas de óxido de cerio son capaces de entrar en el hígado desde los pulmones a través de la circulación, donde se muestran los efectos tóxicos dependientes de la dosis en el hígado. El próximo paso es determinar el mecanismo de la toxicidad.
Madrid funciona como indicador de la toxicidad del combustible fósil. Soy deportista y regreso a mi provincia con sensaciones de mareo y las vías respiratorias irritadas. Además de que todas las grandes ciudades impregnan la ropa de olores nocivos.