¿Crees que tu peso no se corresponde con lo que comes? En Nutridelia estudiamos tus genes para determinar la alimentación que deberías de llevar para adelgazar o mantener tu peso para siempre.
Entre el 40% y el 70% del sobrepeso tiene un origen genético. Por lo tanto, determinar nuestro perfil genético y la alimentación que deberíamos de llevar para adelgazar o mantener el peso para siempre es algo básico
Se puede hacer un estudio para prevenir la obesidad en base a determinados datos que se obtienen en el mismo. Es el test de obesidad u Obesity Gen y en Nutridelia disponemos de él.
En el panel de obesidad se incluyen las variantes genéticas que se pueden asociar a la acumulación de grasa en el organismo, que conduce al exceso de peso con el fin de tratarlo y conocer la respuesta a este tratamiento. El panel de obesidad está ideado para pensar variantes genéticas asociadas a la obesidad común y permite conocer qué proporción del acumulo de grasa de una persona puede atribuirse a factores genéticos y cuál va a ser su respuesta al tratamiento.
Se realiza mediante una analítica sanguínea extrayendo unas gotas del dedo del paciente mediante una ligera punción. Se precisa del consentimiento informado del mismo para la prueba, como en muchos otros casos.
El estudio genético de obesidad es un informe de naturaleza clínica y debe ser interpretado por el profesional adecuado. Debe ser tu médico endocrino o nutricionista el que valore los resultados, puesto que es el que mejor puede aprovechar la información que contiene, además de conocer tu historia clínica y circunstancias personales.
Quiénes realizan un tratamiento dietético adecuado a su perfil genético logran una mayor pérdida de peso que las personas que eligen una dieta al azar.
¿Qué logramos con ObesityGEN?
- El panel de Obesity GEN muestra variante genéticas informativas en el 95% de los casos.
- El resultado permite elegir la intervención dietética de mayor probabilidad de éxito para el paciente.
- Los pacientes comprenderán mejor su obesidad, lo que contribuye a una mayor adhesión al tratamiento.
- Establecimiento de metas realistas al aproximarlos al índice de masa corporal (IMC) óptimo para cada paciente.
- Ayuda a descartar el concepto de “dieta milagro” y a entender un tratamiento dietético a largo plazo.