Consumir alimentos procesados, estar sometidos a un elevado nivel de estrés en nuestra rutina diaria, exponernos a la contaminación… Son muchos los factores que pueden hacer que nuestros órganos vitales se resientan y nos manden un mensaje S.O.S avisándonos de que algo no va bien.
El hígado es uno de los que más sufre los envites del día a día y, por tanto, uno de los que más tenemos que atender y al que debemos ofrecer mimos. El mejor tratamiento para ayudarlo y asegurarle una plena y larga vida es la cura hepática. ¿Nunca has oído hablar de ella? Pues sigue leyendo: tu cuerpo lo agradecerá.
La cura hepática es, básicamente, una limpieza en profundidad del hígado y de la vesícula biliar que se recomienda realizar unas dos veces al año. Lo ideal es ponerse en manos de profesionales como los de Nutridelia, el centro especializado en adelgazamiento y nutrición de Zaragoza, para asegurar un resultado óptimo.
Con la ayuda de algunos suplementos alimenticios, un poco de fuerza de voluntad y unos consejos que puedes conocer aquí, tendrás, en cuestión de una semana, tu hígado como recién salido de una dieta detox.
Ajo, pomelo y aguacate: los mejores amigos del hígado
Ese es otro pilar importante de la cura hepática: hay que seguir una dieta que no interfiera con el tratamiento. ¿Estamos hablando de hacer régimen durante una semana? No exactamente. Se trata de incluir en la alimentación de esos días algunos de los alimentos más respetuosos con tu organismo.
Además, si te acostumbras a sumarlos a tus recetas diarias prolongarás el efecto de la cura y ayudarás a tu cuerpo a sentirse mejor. Ya se sabe: las costumbres hacen leyes. También en la cocina y la dieta.
¿Cuáles son, pues, los alimentos más adecuados para esos días de limpieza interna? Aquí va la lista: son muy ricos y de lo más variado.
- Ajo. Consumiéndolo en una pequeña cantidad vas a lograr estimular las enzimas del hígado y a agilizar la limpieza natural de tu organismo. Y todo gracias al alto contenido en selenio y alicina de este alimento.
- Pomelo. Importante incluirlo en la dieta asociada a la cura hepática. Con su potencia antioxidante y su contenido en vitamina D, es una fruta perfecta para favorecer el proceso detox.
- Aguacate. Si lo consumes crudo (para el desayuno es un ingrediente perfecto) también ayudarás a la limpieza de tu organismo.
- Té verde. “Pero si es que el té verde sirve para todo”, dirás. Toda la razón: es perfecto, gracias a sus catequinas, para acompañar la cura hepática.
- Arroz integral. Probablemente ya sea uno de los imprescindibles de tu dieta, pero si todavía no eres consumidor habitual… que sepas que sirve para limpiar el hígado y metabolizar grasas gracias a su alto contenido en vitamina B.
- Verduras de hoja verde. Las acelgas o las espinacas serán tus mejores compañeras en esta semana. Ayudan a proteger al hígado ya que neutralizan los químicos de los alimentos.
Además de una alimentación basada en estos productos, tratamientos como una hitroterapia de colon o una lavativa intestinal también son recomendables para que el efecto de la cura hepática sea más duradero y potente. Porque no hay que esperar a que el hígado nos lance un grito de auxilio para cuidarlo y protegerlo.