¿Quieres ponerte a dieta pero te resistes a dejar el pan o un plato de pasta? No tienes por qué hacerlo.
Pero pásate a los integrales, son más saludables, aportan fibra y mejoran la digestión. Si estas no son suficientes razones, te damos más.
Algo tan pequeño como un grano de cereal tiene gran poder nutricional, de hecho es la base de la alimentación de la mayor parte de civilizaciones porque, ya sea de una especie o de otra, el cereal se cultiva en todo el mundo. En España, se cultivan sobre todo el trigo y la cebada, mientras que es el arroz el cereal que sirve de base para la comida asiática y el sorgo, menos conocido en nuestro país, es muy consumido en África.
Hoy en día, lo cierto es que podemos encontrar todo tipo de cereales, sobre todo en tiendas de alimentación especializadas en productos ecológicos y naturales, por ejemplo, donde además encontramos todos sus derivados sin refinar.
¿Por qué son mejores los cereales integrales?
Cuando iniciamos una dieta, ya sea para adelgazar, porque tenemos algún problema de salud o porque queremos encontrarnos bien, lo primero que nos recomiendan es sustituir los hidratos de carbono, o azúcares, provenientes de harinas refinadas, por su versión “integral”.
Los cereales integrales:
- Nos aportan gran energía, son una de las principales fuentes de carbohidratos, y además de los “buenos”, porque nuestro organismo los asimila liberando la energía de forma progresiva. Por eso, es bueno desayunar cereales integrales, nos ayudan a mantener el ritmo toda la mañana.
Una idea: desayuna un buen bol de arroz integral con leche de arroz, o porridge de avena con miel. Si añades algo de fruta o frutos secos, disfrutarás de un desayuno natural y energizante.
- Nos ayudan a mejorar la digestión. La fibra que contienen los cereales integrales favorecen el tránsito intestinal, contribuyen a eliminar grasas y toxinas y favorecen el mantenimiento de la flora intestinal. Además, evitan el estreñimiento.
- El consumo de cereales integrales reduce el riesgo de padecer alguna enfermedad cardíaca y mantiene a raya los niveles de colesterol. La avena y la cebada, de forma especial, contienen betaglucano y tocotrienol, eficaces en la reducción del colesterol-LDL .
La avena, en copos, es ideal para acompañar a sopas y purés. La cebada puede prepararse sustituyendo al arroz o en platos como una menestra de verdura o en verduras salteadas, con calabacín y cebolla, por ejemplo.
- Otra de las enfermedades que podemos prevenir con el consumo de cereales integrales es la diabetes. El proyecto ‘Women’s Health Initiative’ (WHI), con una muestra de más de 90.000 mujeres, relaciona el consumo de cereales integrales con el menor riesgo de padecer diabetes tipo II.
¿Dónde se encuentran los nutrientes de los cereales integrales?
La cáscara, o el salvado, es lo que contiene mayor cantidad de fibra mientras que los carbohidratos se encuentran en las capas superpuestas que protegen el endospermo. El germen, o núcleo, es lo que contiene mayores candidades de minerales, grasas insaturadas y proteínas.
Ya hemos hablado de los hidratos de carbono y de la fibra, pero también encontramos minerales, sobre todo calcio, fósforo, potasio y zinc. Los cereales integrales también son ricos en vitaminas B1 y B2, importantes para mantener el buen estado del sistema nervioso. Encontramos la vitamina E en cereales como el arroz o el trigo.
Los cereales no destacan por su contenido en proteínas, de hecho no contiene todos los aminoácidos esenciales y de todos sus nutrientes, suponen entre el 8 y el 12%. En cualquier caso son indispensables y siempre hay excepciones porque la quinoa o la avena son alimentos muy consumidos por deportistas.
En Nutridelia, contamos con preparados alimenticios con gran sabor y un gran contenido en cereales, como pan o copos que nos sirven de desayuno o tentempié en cualquier momento del día.
Cereales sin gluten
Cada vez más se habla de la intolerancia al gluten e incluso de la alergia a esta sustancia que contienen los cereales y es que, en concreto la alergia, cada vez más prevalente, hace más difícil la vida de las personas que la padecen.
Los cereales que no contienen gluten son el arroz, el maiz, la quinoa, el teff o el mijo. Estos últimos son menos habituales en nuestra dieta pero podemos incorporarlos a nuestro día a día y sustituir con ellos los platos que antes cocinábamos, por ejemplo, con harina de trigo.