Conocer tus necesidades nutricionales es vital para tu dieta
El color de la piel, el tamaño corporal, el tipo de cabello, y la predisposición a enfermedades específicas depende de cómo nuestros genes interactúan con el entorno.
Lo que comemos al principio de nuestra vida (y lo que nuestras madres comen cuando están embarazadas) puede afectar a nuestros genes y regular nuestros rasgos, incluyendo el desarrollo de enfermedades décadas después.
Por ejemplo, los datos de la Hambruna Holandesa de la Segunda Guerra Mundial (WWII Dutch Famine) demostraron que los niños de madres desnutridas tenían mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, obesidad y cáncer de mama en el futuro.
(Y de hecho, esta «memoria de hambre» puede persistir durante generaciones, «recordada» por los genes descendientes.)
Nuestros genes pueden ser influenciados por todo tipo de cosas, como:
- las deficiencias o excesos de nutrientes o excesos (sobre todo en las etapas cruciales del desarrollo);
- componentes de la dieta (por ejemplo, las grasas omega-3, fitoestrógenos, verduras crucíferas, licopeno, ácido fólico, carotenoides, etc.);
- la luz del sol y la vitamina D
- toxinas (tales como productos químicos industriales, plaguicidas, metales pesados, etc.);
- bacterias y virus;
- el ejercicio y la actividad;
- alcohol y otras drogas;
- ritmos circadianos (como el sueño, el trabajo por turnos, y los viajes a través de zonas horarias); y
- otra serie de factores que probablemente ni siquiera sabemos de su existencia.
Si esto da un poco de miedo, podemos verlo desde la perspectiva opuesta: Si bien no podemos controlar nuestros propios genes, podemos afectar su expresión – si son propensos a activarse o desactivarse.
Nuestra expresión genética está fuertemente determinada por nuestro ambiente o entorno sobre los cuales nosotros tenemos algún poder. Por lo tanto, si sabemos más sobre nuestras variantes genéticas, podríamos ser capaces de ajustar nuestro estilo de vida o medio ambiente con el fin de prevenir algunas enfermedades o estar más saludables.
Por ejemplo, ciertas variantes genéticas pueden decirnos cómo metabolizamos los alimentos. Otros genes nos pueden decir si las sustancias cancerígenas de la carne que cocinamos influirán o no en el desarrollo de cánceres de colon y de próstata. Y otros pueden predecir la respuesta inflamatoria y la eficiencia de reparación y replicación del ADN
Si sabemos más sobre nuestros propios factores de riesgo únicos, podemos ser más propensos a tomar decisiones más saludables y las opciones que podrían mejorar nuestra expresión genética.
Tener en cuenta la enfermedad celíaca. Algunas personas pueden consumir gluten (proteína que se encuentra en muchos cereales) sin ningún problema. Pero cuando otros comen gluten, influye en su expresión génica y pone en marcha una cascada inflamatoria en el intestino.
Debido a que los síntomas de sensibilidad al gluten son a menudo un tanto vagos, es posible que no sepa de inmediato si eres intolerantes al gluten. Sin embargo, los análisis actuales pueden revelar las variantes genéticas que hacen que ciertas personas sean susceptibles a la enfermedad celíaca.
Si conoces tu composición genética, y sabes que portas los genes de intolerancia al gluten, esto podría ayudar a explicar por qué te has sentido enfermo o podría inspirar a cambiar tu dieta antes de que el proceso inflamatorio se vuelva demasiado avanzado.
FoodGen, un test para adaptar tu dieta a tu genética
Es un análisis genético de alimentos que nos dice como tiene que alimentarse una persona respecto a su genética.
Es también un estudio genético que analiza además 20 genes relacionados con las necesidades de vitaminas, minerales, ácidos grasos esenciales, incluyendo la intolerancia genética al gluten y a la lactosa.
En el informe que recibirás estarán plasmados tanto los resultados como la información precisa para comenzar un cambio natural en tu dieta diaria, con el único fin de conseguir una pérdida de peso natural, mantenerlo o simplemente llevar una dieta equilibrada según tu ADN, para ganar salud y bienestar.
El FoodGen incluye prueba de intolerancia a la lactosa, predisposición a la celiaquía y sensibilidad al níquel, entre otras
Te aconsejamos desde Nutridelia que te hagas este análisis para una mejor forma de nutrición personalizada.