En el mundo de las prisas, el ajetreo y el estrés en el que vivimos nos falta tiempo para lo más esencial: cuidarnos. Velar por nuestra salud es no solo fundamental, sino algo sencillo y para lo que no necesitamos demasiados recursos. Basta, por ejemplo, con preparar unas infusiones que nos ayuden a equilibrar el organismo.
¿Infusiones? Sí, porque las plantas son una estupenda fuente de bienestar a la que tenemos que mirar con mejores ojos. Según tus objetivos puedes combinar unas u otras y, a golpe de taza, encontrarte mejor, más depurado y lleno de energía. ¡Ve poniendo agua a hervir porque vas a querer probarlas todas!
La alumna aventajada
La mezcla de té kukicha –de cuyas bondades ya te hablamos-, kuzu y umeboshi es una combinación ganadora. Como las vacaciones y el buen tiempo o el pan con aceite y sal. Y que no te asusten los nombres extraños de los tres ingredientes, son fáciles de encontrar y de preparar.
Vayamos por partes: sabemos qué nos aporta el té kukicha, pero, ¿qué hay del kuzu y de la pasta umeboshi? El primero es una especie de almidón muy popular en Japón que actúa como regulador intestinal, reduce el cansancio, alivia dolores de cabeza y ayuda a combatir la obesidad, como indica este estudio.
La pasta umeboshi, por su parte, extraída de las cerezas japonesas, tiene un potente efecto alcalinizante, contribuye a la desintoxicación y ayuda a nuestro hígado a deshacerse de los químicos artificiales que hay en nuestro cuerpo.
Junta, por tanto, todas estas propiedades y tendrás una infusión de lo más completa, un torrente de energía y bienestar que podrás consumir cuando te enfrentes a un pico de trabajo, te encuentres bajo de energía o, simplemente, quieras echar una mano a tu cuerpo y encontrarte al 100%.
¿Cómo se hace entonces este brebaje? Prepara el té kukicha como cualquier otro, cuélalo y déjalo enfriar. Cuando lo tengas listo, añádele una cucharadita de kuzu y disuélvelo en el té. Añade a la mezcla media cuchara de pasta umeboshi y disuélvela. Como último paso, pon la mezcla al fuego y revuélvela hasta que hierva. Ya tienes tu bebida lista para tomar (se recomienda un máximo de tres al día) y disfrutar.
La que nos ayuda a sentirnos ligeros
Seguro que conoces esa sensación de hinchazón que te hace decir “madre mía, necesito una dieta detox”. Pues bien, producto de los excesos o de las malas digestiones, a veces nuestro organismo nos pide a gritos una ayuda extra que llega en forma de taza con infusión depurativa.
Este campo es un universo amplísimo: hay tantas infusiones depurativas como organismos. Pero nos vamos a quedar con una que nunca falla y que consiste en la combinación de cola de caballo, hierbabuena, anís verde y menta mezclados en la misma proporción.
¿Qué nos aporta? Una digestión muy ligera y fácil, prevención de resfriados y limpieza de los pulmones. En el tramo final del invierno, cuando los catarros llegan porque nos dejamos la bufanda en casa, estos beneficios no están nada mal, ¿no?
Si eres más de quienes apuestan por las infusiones de “toda la vida”, te encantará también esta otra combinación: tomillo, angélica, melisa y flor de tilo. Un mix “de la abuela” que se lleva a las mil maravillas con nuestra vesícula y que ayuda a limpiar los riñones.
¿Necesitas una depuración especial porque tu cuerpo te ha enviado un auténtico mensaje de SOS? Apuesta por el saúco, una planta con propiedades diuréticas. Puedes consumirla junto a manzanilla y anís verde o en una mezcla preparada directamente por los profesionales de Nutridelia, tu centro de adelgazamiento en Zaragoza, que te dejará el organismo libre de toxinas y totalmente puesto a punto.
La del vientre plano
Es cierto que las infusiones anteriores nos ayudan a desprendernos de la barriga, pero hay otras que colaboran especialmente a este objetivo perseguido por tantos.
El complemento ideal para tus sesiones de abdominales en el gym es tomar después de comer una infusión de anís verde, hierba luisa e hinojo. Te hará la digestión más fácil y eliminará los gases de tu sistema digestivo, lo que traducirá, pues, en un abdomen más plano.
Bienestar, salud y buena forma… en una taza. ¿Quién quiere un sorbo?