Dedicar tiempo a programar la alimentación de toda la semana cuesta, pero es un hábito fundamental para evitar caer en patrones de consumo que se basan en la comida rápida, en la abundancia de alimentos procesados. Planificar los menús para toda la semana con antelación para poder prepararlos adecuadamente es costoso, pero muy importante.
Comer y nutrirse bien, independientemente de la edad o la situación social que tengamos (soltería, compañía de otra personas, niños…), es esencial. En la madurez, a partir de los 40, la mayoría de las recomendaciones dietéticas se centran en aumentar los alimentos con mayor capacidad de retrasar el envejecimiento, así como de prevenir enfermedades. Es imposible parar el reloj de nuestras células, pero existen formas para mitigar sus efectos.
Además, mientras que enfermedades cardiovasculares o el cáncer no suponen una preocupación a una temprana edad, el riesgo se eleva a partir de la cuarentena. De hecho, el cáncer es la principal causa de muerte en mujeres con edades comprendidas entre los 40 y los 50, seguida por la diabetes, el derrame cerebral o los ataques al corazón.
¿De qué nos tenemos qué preocupar a la hora de alimentarnos?
Primero, de favorecer nuestros procesos depurativos. ¿Cómo? Tendremos que orinas más, por lo que deberemos de beber más agua. También nos servirán los zumos, caldos o infusiones de frutas y hortalizas, ya que la mayor parte de ellas tienen la propiedad de ser diuréticas. En este sentido, las recomendaciones dietéticas también recomiendan la ingesta de alimentos coleréticos, aquellos que aumentan la producción de bilis: alcachofa, rábano, berenjena, cardo, manzana, uva, plátanos, fresas… Además, ¡todas las frutas, verduras y hortalizas son antioxidantes!.
Si no hidratamos y alimentamos bien, también evitaremos el estreñimiento. Ingerir fibra será también fundamental. Aquí encontrarás algunos alimentos perfectos para hidratarte bien, especialmente en verano.
El ejercicio físico y diario, adaptado siempre a nuestras capacidades, nos ayudará a sudar y a eliminas toxinas. Además, contribuirá a mejorar nuestro estado de ánimo y nuestra condición física.
¡Adiós al tabaco y el alcohol! Evitar su consumo será un punto a favor para el cuidado de nuestro cuerpo y nuestro organismo.
¿Qué más cosas tenemos que tener en cuenta?
Todas las dietas, sean de la índole que sean, recomiendan comer despacio, masticar e ingerir los alimentos de manera relajada. Primero, hay que relajarse y, después, sentarse a la mesa para disfrutar de la comida. La digestión de muchos alimentos comienza en nuestra boca, así que mastica bien, y así aprovecharás más su valor nutritivo y los digerirás mejor.
Recuerda que hay que fraccionar la alimentación en tres comidas principales (desayuno, comida y cena) y dos a media tarde y a media mañana. ¡No te saltes ninguna de ellas!. Además, ten en cuenta que los profesionales recomiendan beber entre 1,5 y 2,5 litros de agua diarios.
Puedes consumir alimentos ricos en hidratos de carbono complejos como las legumbres o las patatas, pero sin abusar de ellos. Un dulce no amarga a nadie, pero hay que abusar. Lo mismo sucede con la sal y los alimentos altos en sodio. No hay que eliminarnos de nuestra dieta, pero tenemos que controlar mucho su consumo.