El estrés o el exceso de preocupaciones acaba en muchas ocasiones generando ansiedad por la comida. Si esto pasa, lo más importante es averiguar por qué. ¿Dónde está el origen de nuestro problema? Es necesario reflexionar sobre lo que nos pasa y evitar los sentimientos negativos para tratar de ser más felices. Pero esto no siempre resulta fácil y es posible que acabemos cogiendo unos kilos de más que no hagan sentir peor. Casi siempre, los problemas o desórdenes alimenticios se relacionan con problema emocionales.
Septiembre es sinónimo de empezar un nuevo curso en todos los sentidos. Tras el verano, muchas personas tratan de ponerse nuevos retos como bajar de peso, apuntarse al gimnasio o cambiar de hábitos. Pero también es sinónimo de vuelta a la rutina o de volver al trabajo con una mayor intensidad tras la vacaciones, lo que puede desencadenar ansiedad por comer.
Este tipo de ansiedad puede controlarse de una manera sencilla. Lo más importante es tener fuerza de voluntad para realizar algunos cambios en nuestros hábitos y en nuestro estilo de vida.
Toma nota de los siguientes consejos:
- Note saltes ninguna de las tres comidas principales, y añade otras 2 o 3 ingestas adicionales entre ellas, procurando que sean saludables (frutas o cereales). No dejes pasar más de tres horas y media sin comer.
- ¡El desayuno es una de las comidas más importantes del día! No salgas de casa sin desayunar. Debe de ser tu comida principal, por lo que hay que intentar que sea lo más completa posible, ya que de él depende nuestro metabolismo. Si te lo saltas o no comes lo suficiente, a la hora de comer tendrás el doble de hambre. ¡Trata de incluir proteínas! Tu organismo lo agradecerá y se sentirá satisfecho durante más tiempo.
- Reduce el consumo de azúcar. Mejor si lo eliminas de tu alimentación diaria, pero si te resulta muy complicado, empieza por reducir las dosis. Cuanto más tomas, más quieres.
- Aumenta el consumo de agua. En reiteradas ocasiones, en este blog ya hemos dicho que los expertos recomiendan tomar alrededor de dos litros y medios de agua durante el día. Además, si te acostumbras a beber aguar antes de cada comida, sentirás menos hambre.
- Haz ejercicio. Si lo practicas, liberarás endorfinas y te sentirás más feliz.
- Intenta distraer la mente. Hazte un planning diario y no te dejes mucho tiempo libre para aburrirte o para ir y venir a la nevera. Y, cuando las ganas para comerte un dulce o cualquier producto poco saludables, intenta distraer tu mente. Lee, escribe un mensaje, navega por Internet…
- Elimina las tentaciones que te puedan poner a prueba en casa. Cuando vayas a hacer la compra, trata de llevar una lista con lo que necesitas y no te salgas de ella.
- Las infusiones pueden ser un buen aliado para reducir la ansiedad y, además, relajarte. La manzanilla, el té verde o la valeriana son tres buenas opciones.
- Controla el sueño.